Una vez viniste a casa, cojimos y después caminaste por todo el pasillo que separa mi cuarto del baño, desnuda. Pasaste por la ventana, que estaba abierta, y un pibe, desde el otro balcón, te miró las tetas. Recuerdo que me dio mucha bronca y celos, yo había hecho miles de cosas para que estes desnuda en mi casa, yo merecía verte así y él te miraba sin merecerlo, fue una cosa exclusiva de la casualidad. Fué en ese momento que pensé... "esto no debe ser algo que se trate del merecimiento", a veces me recuerdo para adentro, esta frase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario